CÓMO APRENDER A AMAR

Por favor, tome la Palabra de Dios y busque 1ª Corintios capítulo 13. Si usted ha sido un creyente por mucho tiempo, sabrá que éste es el capítulo épico en la Palabra de Dios, es un himno de alabanza al amor. Lo que este mundo necesita, sin duda alguna, es amor más amor, y mucho más amor.

1ª Corintios capítulo 12 y 14 tratan con los dones espirituales, pero ¿por qué en medio de la enseñanza acerca de los dones espirituales, el apóstol Pablo dedica todo un capítulo al amor? Porque la iglesia de Corinto daba muchísimo énfasis a los dones, en especial a los más vistosos, como la profecía, las lenguas, los milagros y las sanidades. Mas, ellos tenían un déficit en esta materia del amor. Así que en el medio de los dones, para ponerlos en su lugar, Pablo enseña acerca del amor. La marca de una persona espiritual no es que tenga un don espiritual, sino que de evidencia de los frutos del espíritu. Y cuando el apóstol describe los frutos del espíritu en Gálatas 5, el primero es el amor, y los demás se derivan de éste. El amor es el don preeminente. Pablo está diciendo que no importa cuál sea su don espiritual; si es que no tiene amor de nada le sirve. Dios es amor. Y el atributo principal de un hijo de Dios debe ser el amor. Y cuando Cristo está en nosotros y nosotros en Él, el amor va a ser evidente.

Usted puede ser un nuevo creyente y tener un don espiritual. De hecho, cada creyente recién convertido tiene dones espirituales. Tal vez aún no ha descubierto su don espiritual, pero ahí está y es suyo. Y un don espiritual, ya sea de los más llamativos como el de hacer milagros, o el más sencillo como el don de servicio, no es una señal de que usted es una persona espiritual. Recuerde, la marca de que usted es una persona espiritual no es los dones del espíritu, sino los frutos del espíritu. He escuchado decir que el amor hace girar al mundo, pues no estoy seguro de eso, pero amigo, hace que el viaje valga la pena.

Si usted va a estar en este mundo, usted necesita amor para poder tener gozo y victoria. El amor es una cosa rara en estos tiempos tan malos. Jesús dijo que a causa de multiplicarse la maldad, el amor de muchos se enfriaría. ¿Se ha encontrado dudando acerca de detenerse en la calle y ayudar a alguien que tiene la llanta de su auto desinflada? ¿Cómo se siente cuando alguien toca la puerta de su casa y le dice que la batería de su auto no funciona y si puede ayudarle? O alguien le detiene en el camino y le pregunta cómo llegar a cierto lugar. No siente acaso como que es más cuidadoso de cómo actuar en esas circunstancias y piensa dos veces antes de hacerlo. ¿Por qué? Porque hay tanta inequidad en el mundo, hay tanto pecado en el mundo, y la palabra inequidad aquí literalmente significa ausencia de ley, arbitrariedad. Así que tenemos abundancia de maldad y carencia de amor.

Había una vez un obispo, su nombre era obispo Usher, el vivía en Irlanda. Iba en un bote por la costa de Irlanda y naufragó. De alguna forma llegó a la costa de Irlanda, se encontró con un sacerdote y le pidió que le llevara con él. El clérigo lo miró de arriba a abajo y le preguntó: ¿quién es usted? Y él respondió: soy el arzobispo Usher. El sacerdote lo miró. A él no le parecía que fuera un arzobispo, todo mojado y sucio. Entonces le dijo: ¿cómo se yo que usted es el arzobispo que dice ser? Le haré una prueba de la Biblia, veremos si la pasa. Y si puede pasar esta prueba le daré toda la ayuda que necesite. El arzobispo Usher le respondió que estaba de acuerdo. Entonces el religioso le pregunto: ¿cuántos mandamientos hay? Y el arzobispo contestó: hay once. ¡Ahh, lo sabía!- dijo el sacerdote. Usted es un impostor. Si puede nombrarme el décimo primer mandamiento le daré toda la ayuda que requiera. Entonces el arzobispo le mencionó el evangelio del apóstol Juan, en donde Jesús dijo: “un mandamiento nuevo os doy. Que os améis uno a otros como yo os he amado”. Entonces el clérigo le dijo: venga, usted conoce la Biblia mejor que yo.

El amor es algo tan maravilloso y tan necesario. Muchas personas dicen que en las iglesias grandes no hay mucho amor. Y pregunto, ¿cómo llegaron estas iglesias a ser así de grandes? Es el amor el elemento atrayente que hay en ellas. Una vez le preguntaron a un niñito: ¿por qué pasas frente a tantas iglesias para ir a esa iglesia? Y el dijo: porque allí lo aman a uno.

El amor es el don preeminente. Pablo está diciendo que no interesa cuál sea su don espiritual, sino tiene amor de nada le sirve. Dios es amor. Y el atributo principal de un hijo de Dios es el amor, y cuando Él está en nosotros y nosotros en Él, el amor va a ser evidente.

Lo invito a leer 1Corintios, capítulo 13, desde el primer versículo:
“Si yo hablase lenguas humanas y angélicas, y no tengo amor, vengo a ser como metal que resuena, o címbalo que retiñe.
Y si tuviese profecía, y entendiese todos los misterios y toda ciencia, y si tuviese toda la fe, de tal manera que trasladase los montes, y no tengo amor, nada soy”.

Note aquí que él está hablando acerca de los dones espirituales, el don de profecía, el don de ciencia y el don de fe. Habla en el contexto de los dones espirituales.

“Y si repartiese todos mis bienes para dar de comer a los pobres, y si entregase mi cuerpo para ser quemado, y no tengo amor, de nada me sirve.
El amor es sufrido, es benigno; el amor no tiene envidia, el amor no es jactancioso, no se envanece”.

Los Corintios estaban orgullos y envidiosos de ellos mismos por los diferentes dones que tenían. Y los que tenían los dones más vistosos se jactaban de ello. Los Corintios se dejaban llevar por la corriente y hacían cosas ridículas en el nombre del espíritu santo. Utilizaban sus dones como juguetes, no como instrumentos.

“No hace nada indebido, no busca lo suyo, no se irrita, no guarda rencor;
no se goza de la injusticia, mas se goza de la verdad.
Todo lo sufre, todo lo cree, todo lo espera, todo lo soporta.
El amor nunca deja de ser; pero las profecías se acabarán, y cesarán las lenguas”.

Permítanme hacer una pausa por un momento y decir que este verbo cesarán es intransitivo. Usted dirá: ¡pero pastor, que bendición es saber eso! Lo que quiero decir es que nada está actuando sobre este verbo, lo hace por él mismo, así que las lenguas cesarán por ellas mismas.

Y continúa el pasaje diciendo: “y la ciencia acabará”. Aquí hay un verbo transitivo, pero en referente a las lenguas es intransitivo.

“Porque en parte conocemos, y en parte profetizamos; mas cuando venga lo perfecto, entonces lo que es en parte se acabará.
Cundo yo era niño, hablaba como niño, pensaba como niño, juzgaba como niño”.
Los Corintios eran como cristianos infantiles, inmaduros. Pablo tuvo que decirles: de manera que yo hermanos, no pude hablaros como espirituales, sino como a carnales, como a niños en Cristo. Ellos actuaban como niños. Pablo toma esta analogía y dice cuando yo era niño, es de esa manera que yo era en el mundo natural:

“Porque en parte conocemos, y en parte profetizamos; mas cuando venga lo perfecto, entonces lo que es en parte se acabará.
Cundo yo era niño, hablaba como niño, pensaba como niño, juzgaba como niño; mas cuando ya fui hombre, dejé lo que era de niño”.

Él les está diciendo a los Corintios: ¡dejen ya de actuar como niños!

“Ahora vemos por espejo, oscuramente; mas entonces veremos cara a cara. Ahora conozco en parte [él está hablando aquí del don de ciencia, de conocimiento]; pero entonces conoceré como fui conocido.
Y ahora permanecen en la fe, la esperanza y el amor, estos tres; pero el mayor de ellos es el amor”.

Tres puntos deseo poner en su corazón al aprender cómo amar.

El primero es los valores superiores del amor. En el versículo 1 nos dice que el amor es superior, es más valioso que la oratoria. Vea lo que dice: Si yo hablase lenguas humanas y angélicas, y no tengo amor”.
El mundo ha oído suficientes sermones sin amor. El mundo ha oído suficiente de los dones vistosos. La evidencia de una vida llena del espíritu no es si habla en un idioma extranjero, sino sí controla la lengua que tiene y permite que la ley del amor esté en dicha lengua. El amor es más valioso que la oratoria.
En el versículo 2 el amor es más valioso que la profecía. Y si tuviese profecía, usted pude tener el don de la profecía y partir un pelo teológico en 16 partes iguales, pero si no tiene amor de que sirve. Conozco a personas que tienen el cielo en su mente y el infierno en su corazón.

Luego dice que el amor es más valioso que el conocimiento, la ciencia. Y si entendiese todos los misterios y toda ciencia. De qué sirve una mente brillante si no tiene un buen corazón. Las personas no están tan interesadas en que descarguemos datos teológicos sobre ella. Tengo que tener cuidado cuando predico: ¿estoy sólo descargando información o el amor de Jesucristo está pasando por mi corazón? Ahora bien, creo en el conocimiento, en la ciencia. La Biblia dice que debemos estudiar para presentarnos ante Dios aprobados, como obreros que no tenemos de que avergonzarnos. Y debemos agradecerle a Dios si tenemos el don espiritual de ciencia.

Una vez un niño le preguntó a su papá cuando éste estudiaba la Biblia: ¿papá, en la Biblia hay querubines y serafines, cuál es la diferencia entre ellos? El papá le dijo: bien, son diferentes tipos de ángeles. Si, pero ¿cuál es la diferencia? Insistió el niño. El padre respondió: pues, la palabra serafín significa llama, una flama. Y querubín es una palabra que significa conocimiento. Entonces los serafines son los ángeles que exceden el amor. El niño pensó un instante y dijo: sabes papá, cuando vaya al cielo, cuando yo muera papá, escogeré ser serafín, es mejor amar a Dios que conocer todo.
Hay mucha sabiduría en eso que dijo ese niño, aunque no vayamos a ser ángeles cuando vayamos al cielo.

El amor es más valioso que la fe. Note el versículo 2:
“y si tuviese toda la fe, de tal manera que trasladase los montes, y no tengo amor, nada soy”. La fe es importante. Usted no puede llegar al cielo sin entregarse al señor por medio de la fe. Pero lo que él le está diciendo es esto: de qué le sirve si tiene la fe que puede mover las montañas y no puede quitar la malicia de su corazón. Si su corazón es la sede del odio, usted está en cero, usted es nada.

El amor es más valioso que dar a los pobres; lo que llamamos caridad. El versículo 3 dice: “Y si repartiese todos mis bienes para dar de comer a los pobres”. Usted puede dar sin amar, pero no puede amar sin dar. Y podría predicar un mensaje y recoger una ofrenda de corazones sin amor, y en las cuentas del cielo no vale nada.

El amor es aún mayor que ser mártir. El dice: “y si entregase mi cuerpo para ser quemado, y no tengo amor, de nada me sirve”. Sabía que usted puede morir por su religión y no tener amor. Hay muchos terroristas que están en misiones de suicidio en el nombre de su religión. ¿Sabe por qué lo hacen; sabe por qué no aman a otras personas? Porque no se aman a sí mismos. Muchas sectas falsas están basadas en el fanatismo, pero no en el amor. Un hombre puede ser que no tema morir porque realmente no sabe lo que es vivir, y el no conoce el vivir si no conoce el amor.

Estos son los valores superiores del amor. El amor es superior a la oratoria, a la profecía, a la ciencia, es superior a la fe, a la caridad, e incluso al martirio, el amor es superior a cualquier don espiritual.

Segundo punto, las virtudes del amor. Pablo nos dice que el amor es muy valioso. Pablo nos dice por qué el amor es muy valioso. ¿Cuáles son las virtudes del amor? El amor nos capacita para ser pacientes. Por favor leamos el versículo 4: “El amor es sufrido”. Verá, el amor no es ciego; el amor no ve a las personas como si éstas no tuviesen ninguna falta; el amor no es ciego. Literalmente el amor ve más, pero el amor perdona. El amor perdona setenta veces siete. El amor no es dar a las personas lo que merecen sino lo que necesitan. El amor nos capacita para ser pacientes. Soporta. El amor nos capacita para ser bondadosos.

Continuando con el versículo 4: “El amor es sufrido, es benigno”. Qué es ser benigno. Es ser bondadoso. Es reaccionar a las personas con amor. Una mujer le dijo a un predicador: usted me ayudo a conocer a Jesucristo. Él le respondió: estoy tan agradecido por ello, ¿qué fue lo que prediqué que le trajo a Cristo? Ella le explicó: no fue una prédica. Verá, yo estaba cerca de usted cuando alguien lo criticó y usted respondió con bondad, y supe que lo que usted tenía era lo real.

La bondad. El amor es bondadoso. Mucha gente es religiosa, pero no necesariamente bondadosa. Esa es la razón por la cual una niñita oraba así: señor, haz que las personas malas sean buenas, y haz que las personas buenas sean bondadosas. Necesitamos ser bondadosos.

El amor nos capacita para ser pacientes, para ser bondadoso. El amor nos capacita para no tener envidia: “el amor no tiene envidia”. La envidia y el amor no moran en el mismo corazón. ¿Quiere saber si tiene amor o no? Si alguien está siendo bendecido más y usted se regocija, entonces tiene amor. Si usted se retuerce de envidia cuando se alaba a otras personas, no hay amor en su corazón. Usted piensa que en la ganancia de alguien es de algún modo su pérdida. Proverbios 14:30 enseña: “el corazón apacible es vida de la carne, mas la envidia es carcoma de los husos”. Los Corintios se envidiaban los dones, y los que tenían los más vistosos, se jactaban, se enorgullecían.

El amor nos capacita para ser humildes. Nuevamente en el versículo 4: “el amor no es jactancioso, no se envanece”. El amor y el orgullo no pueden estar juntos en ningún corazón. Sabe por qué hay a veces conflictos en la iglesia, por qué los cónyuges a veces se pelean. Permítanme darle un versículo de la Escritura. La Biblia dice en el Libro de Proverbios: “ciertamente la soberbia concebirá contienda, sólo por el orgullo”. Nunca ha habido una guerra ni una disputa, ni un alboroto, ni una división que no sea causada por el orgullo. El orgullo y el amor están en oposición el uno con el otro. No hay problema muy grande que no pueda ser resuelto, lo que hay son personas indispuestas a buscar una solución. Podríamos resolver el problema si atacamos al problema, en vez de atacarnos unos a otros.